"Llarin la Araña"- Susana Galvan


LLALIN, LA ARAÑA

Algunos hablan de los sueños recurrentes yo “recurro” a los acontecimientos que se fueron sucediendo desde el momento en que la locura del tejido comenzó a atrapar en sus redes a Melina. Todo se inició desde el arribo del profesor Ángel a la Villa, proveniente de Amaicha del Valle. Cuando Melina descubrió al telar “mapuche” se produjo en ella el embrujo y enamoramiento. Así fue que se propuso, mojando con lágrimas de impotencia cada hilo de la urdiembre, aprender el arte ancestral del tejido aborigen.

Ángel erguido detrás de las alumnas, sufría la metamorfosis en cada clase. Cerrando los ojos se podía palpar la esencia que escondía en sus costumbres ciudadanas, transformándose en el brujo que disponía los destinos de su gente en el laboreo del tejido…. Y ahí fue cuando me enojé, yo LLalín. No podía expresar mi fastidio con los colores que había elegido mi autora para laborearme. No es que yo fuera de Boca, pero el rojo y blanco que había escogido para hacer mis patas no me simpatizaban; así fue como comencé a enredar los hilos y la hice destejer y destejer, hasta que al fin, ya dado a conocer mi enojo hice que terminara el trabajo pero con errores que ella supuso horrorosos pero que ocultó bordando unos canutillos de madera para que yo no me encolerizara más de lo debido y que semejaban algo parecido a las moscas. No contenta con mi desaprobación continué en mi tarea de llamarla al orden y cuando comenzó otra reproducción en otros colores más armoniosos, aprovechando que dos alumnas se habían enredado en una discusión con respecto a la situación política actual, hice confundir al profesor y a ella haciéndole poner mal el lizo, cosa que impidió trabajar en la elaboración de mi figura, obligándola a tomarse un descanso de telar, hasta que ese viernes el instructor trabajó y trabajó en corregir el error y pudo entones mi artista comenzar su labor.

Así la atrapé en mi telaraña simbólica y jamás pudo abandonar el telar, día a día, noche tras noche, sus dedos se movilizaban en el laboreo de figuras y figuras interminables, hasta que conseguí que sus extremidades se fueran convirtiendo en algo parecido a mis brazos de tejedora e hice realidad mis sueños de perpetuidad en los telares de Piedra Blanca.

LLalín Kuzé: figura mitológica mapuche que representa a la araña tejedora

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